Podría parecer que tener a adolescentes confinados en casa a causa del COVID-19 sea más fácil que tener a niños pequeños, pero igual tiene sus desafíos. Los más pequeños son felices que los papás les presten atención las 24 horas del día, los más grandes puede ser lo contrario. Aquí algunos consejos que pueden ser de utilidad:
Distanciamiento social
Puede ser este el principal problema con los adolescentes y jóvenes de casa, por lo general sienten que son invencibles y es probable que crean que el COVID-19 no es tan peligroso para su rango de edad como lo es para las personas mayores. El hecho de que los datos señalen que el coronavirus es menos grave para ellos, es un problema para hacerlos seguir las recomendaciones, quieren ver a sus amigos y no entienden por qué el distanciamiento social debería aplicarse a ellos.
La mejor explicación es decirles que la exposición a este virus es algo exponencial y que no se trata realmente de ellos y el hecho es que podrían ser portadores asintomáticos y podrían matar a otros, incluyendo a sus abuelos. Una cosa que hay que enfatizar: No puedes saber si tus amigos están bien.
Entender su frustración
Para los adolescentes y jóvenes, los amigos son lo más importante. El establecer vínculos entre ellos es una de las tareas esenciales en su desarrollo. Si su hijo está de mal humor por estar atrapado en casa con sus padres y hermanos, una conversación directa podría ser útil. Reconozca que sabe lo frustrante que es para ellos estar separados de sus amigos.
Ser más flexibles con las reglas sobre el tiempo dedicado a las redes sociales, por ejemplo, ayudará a compensar el tiempo perdido por el cierre de los colegios. Motívelos a ser creativos sobre nuevas formas de interacción social con sus amigos.
Apoyar en la educación on-line
Los padres se sienten confundidos acerca de cómo ayudar a los niños con el aprendizaje en línea. Con los niños más pequeños se trata más bien de encontrar actividades divertidas que puedan ser educativas. Pero con los jóvenes, mantenerse al día con las expectativas de la escuela puede ser un desafío.
Se puede apoyarlos a crear un cronograma realista de trabajo en períodos definidos, incorporando descansos y momentos para socializar, hacer ejercicio y entretenerse. El principio clave: primero hacer una sesión de trabajo, luego darle una recompensa con algo relajante.
Fomentar buenos hábitos
A los adolescentes y a los jóvenes les irá mejor durante este tiempo estresante si duermen lo suficiente, comen comidas saludables y hacen ejercicio regularmente. Mantener un horario de sueño constante, con tiempos predecibles para despertarse y acostarse, es especialmente importante para mantener un estado de ánimo positivo y su capacidad para cumplir con las expectativas académicas.
Perder las rutinas ya acostumbradas puede ser una gran fuente de estrés, por eso lo importante de establecer nuevas. Además, las familias necesitarán disipar las tensiones en el hogar entre padres e hijos, porque todos estarán más estresados. Planear actividades en las que todos participen puede ser una buena fórmula: cocinar, ver películas, escuchar música, meditar.
Validar su decepción
Para muchos, la parte más dolorosa de la crisis será perder experiencias importantes: temporadas deportivas, fiestas, graduaciones de bachillerato y universidad. Aunque todos nos estamos perdiendo actividades muy valiosas es especialmente problemático para los adolescentes cuyos cerebros están programados para pensar en la novedad y la búsqueda del placer.
Ofrézcales ese espacio para compartir sus sentimientos y escuchar sin juzgar. Deles la seguridad de que todo va a estar bien.