El rol de madre es una de las etapas más importantes para una mujer. Es un nuevo comienzo que viene cargado de nuevas experiencias y la responsabilidad de guiar el buen desarrollo de un nuevo ser humano.
“Ser madre no significa solo cambiar pañales, calentar biberones o pelearte con los purés. Ese solo es el comienzo, el momento en el que una madre se da cuenta de que es capaz de hacer cualquier cosa por un mundo al que ha dado la vida. Ese mundo es ese hijo en el que hay millones de ilusiones…” Según la psicóloga Raquel Aldana
La maternidad también implica que muchas mujeres se olviden del bienestar propio y centren todos sus esfuerzos en la crianza de los hijos. Lo importante es saber que, a pesar de todos los esfuerzos/sacrificios que hagas, la madre perfecta no existe.
En este artículo te damos algunos consejos para que combines tu rol de madre sin descuidar tu tiempo como mujer.
Ser Mujer y ser madre no es lo mismo
Las mujeres siempre serán mujeres sólo que en una etapa de su vida se convierten en madres y esto cambia las perspectivas, los intereses y la forma de ver el mundo.
Lo básico es entender que estos dos términos no son sinónimos y que puedes ser ambas cosas sin que exista un conflicto entre ambos.
Trabaja en el equilibrio
Al ser madre todos los tiempos y espacios son tomados por los hijos y este es el primer aspecto que se debe trabajar.
Para satisfacer las necesidades personales es importante recuperar (progresivamente) tus propios espacios y conciliar tus obligaciones con otros miembros directos de la familia como el papá.
Lo recomendable es que una mujer siempre tenga ayuda durante su maternidad y no esté sola durante este proceso exploración continúa.
Cultiva el amor en pareja
Desde el momento en que la mujer se entera de que va a ser mamá, hasta el nacimiento del niño, la pareja va atravesando por importantes cambios. Los nuevos papás dejan de lado el bien común y se centran en los hijos.
La recomendación es encontrar, junto a tu acompañante, momentos de intimidad donde puedan cultivar el amor y recordar lo importante de la vida en pareja. Para demostrar amor no hace falta mucho esfuerzo, los detalles diarios son suficientes para mantener vivo el interés y la buena salud de la relación.
No renuncies a metas profesionales
Las mujeres siempre han tenido una visión de superación inigualable y cada que pueden, se retan a sí mismas para hacer más cosas.
Cuando llega la maternidad muchas se plantean la posibilidad de dejar de lado sus objetivos profesionales por miedo a que sus jefes no entiendan sus necesidades y que a sus hijos le falte atención.
María Sánchez-Arjona, presidenta de la Fundación más humano dedicada a dar respuesta a la necesidad social de conciliación entre la vida personal, familiar y profesional, indica:
“Antes de renunciar a un trabajo por el estrés que supone compatibilizarlo con su vida personal, debe plantear alternativas a sus superiores para conciliar mejor. No se trata de sumarse a las medidas que tenga la empresa, sino de proponer la que más se ajuste a las propias necesidades. Cada empleada tiene unas circunstancias diferentes.”
Encuentra tiempo para ti
Tener un tiempo a solas es vital para cualquier persona. Planifica, al menos, 2 horas a la semana para que hagas alguna actividad que te guste y permita desconectarte de la rutina.
Si en algún punto esta práctica entra en conflicto con tu papel de madre/esposa, no dudes en acudir a un especialista que te oriente y ayude a solventar esta situación.
Disfruta de tu nueva familia
Ser mujer no supone desentenderse de tu hijo, pareja u otros familiares. Por el contrario, es recomendable organizar reuniones, paseos o viajes con tus seres queridos para afianzar el lazo fraterno que los une.
Lo importante es disfrutar el presente en cada actividad que hagas junto a tu familia y demostrar que los hijos son una fuente de aprendizajes que te llevan a la reinvención cada día.
Con tu esfuerzo y dedicación serás una gran mujer y una super mamá. Para terminar, te compartimos una frase llena de sabiduría, comprensión y verdad:
“El amor de una madre por un hijo no se puede comparar con ninguna otra cosa en el mundo. No conoce ley, ni piedad. Se atreve a todo y aplasta cuanto se le opone.”
Agatha Christie.